miércoles, 28 de febrero de 2007


Hace ya muchos años, decidí buscar en cada día ese momento por el que vale la pena haberse levantado. Y cuando no lo encuentro, recurro a los pasados, en un acto de feroz melancolía.
Dicen que cuando creces, la vida debe ser de color gris pero, aunque los años pasan, no logro convencerme; me siento mucho mejor viéndola de colores. No consigo encontrar una razón lo suficientemente poderosa para acatar esta verdad. Puede que fe, pero esa la reservo a Cosas con mayúscula.
Hace unos días, mi hermana comentaba que añoraba ver la vida a través de un caleidoscopio estropeado. Cómo me gustaría que entendiese que de ella depende que siga siendo así. A veces es difícil, sobre todo porque los demás tratan de que seas como ellos, pero NUNCA debes dejarte guiar por lo que opinen los demás.
Mi niña, debes aprender antes de que sea tarde que vivimos en un mundo movido por el egoismo, y que casi todo el mundo a tu alrededor piensa no en lo que está bien, sino en lo que les viene bien. Debes tener unos principios muy firmes, y saber porqué los defiendes, y tener siempre muy claro, que tú no vas a vivir ni con tu amiga ni con tu profesor ni con tu familia para siempre. Vas a vivir contigo, y es con quien debes estar de acuerdo. Acepta los consejos de la gente que te quiere, pero no con los ojos cerrados, y trátalos como lo que son, simplemente consejos, y no una orden de un general.
Si vives de acuerdo con lo que piensas, y no permites que nadie arregle tu caleidoscopio, verás siempre la vida del color que tú prefieras.

2 comentarios:

ANUNA dijo...

¿a qué tengo un a hermana preciosa?

Chity Taboada dijo...

Una hermana preciosa, una hija muñequísima, un hermano genial... Y tú siempre estupenda. generosa, tierna, y terca como una mula.
Me gusta lo que escribes y también me gustas tú

Hasta luego, "hada"